El premio de 200.000 euros al proyecto para la recuperación de la biodiversidad cultivada y salvaje de Arribes del Duero, concedido en 2008 por el Ministerio de Medio Ambiente, da un paso más en Vilvestre para situarse como un plan integral que persigue la dinamización turística y económica de esta localidad.
Tras lo que podría considerarse la primera fase, que consistió en la recuperación de parcelas y la plantación de semillas de especies cultivadas y silvestres propias del Parque Natural Arribes del Duero, el Plan de Dinamización Arribes Sur ha concedido una nueva dimensión a este proyecto con la recuperación de las antiguas escuelas y hoy convertidas en un amplio aula para la proyección de audiovisuales, y el Centro de Interpretación de la Biodivesidad en Arribes del Duero, instalaciones cuyas obras, además de equipamiento, han requerido de una inversión de 200.000 euros.
Además de todo lo anterior, el proyecto pasa configurarse como global a través del albergue municipal, instalaciones que permiten el alojamiento a 15 personas y que pretende cubrir la demanda de aquellas personas interesadas en participar en la oferta de actividades que se programarán desde el Centro de Interpretación, gestión que correrá a cargo de la Fundación Cepaim y que se personaliza en la figura de Sergio Pérez Gorjón, natural de Vilvestre, gran conocedor de la zona –por tanto– y profesor asociado de la Usal, y que ha sido contratado por la Fundación Cepaim para esta labor.
La gestión de estas instalaciones se concretará con una oferta de acciones de formación los fines de semana mediante talleres vinculados a temas medioambientales, agrícolas, y artesanales de la zona, ´que puedan alojarse en el albergue a la vez que vienen a esas formaciones los fines de semana´, señaló Juan Antonio Segura. Esta oferta se trasladará a los centros educativos del territorio ´para que puedan venir los colegios en visitas de un día haciendo un recorrido por las instalaciones, terminando con algún taller dinámico de manera que podamos tener un programa de un día que incluya también la visita a la fábrica de queso, almazaras y bodegas´.
A su vez, la gestión pretende la difusión ´como espacio de turismo rural´, aunque reconoció las limitaciones del albergue en cuanto al número de plazas, ´no hay más que 12 y ya hemos tenido llamadas de grupos de 20, de 30 personas que quieren venir a visitar el entorno y no tenemos capacidad, vamos a ver cómo resolvemos esto´, añadió. Por lo tanto, las instalaciones tendrán un uso formativo mediante cursos de corta y larga duración, ´que permita que las personas que vengan a esos cursos se puedan alojar en el albergue´, difundir el conocimiento del entorno y el uso turístico, ´poner en valor todas las capacidades que tiene el entorno´, desde los paseos fluviales al senderismo o visita a recursos tradicionales de la zona.